sábado, 26 de noviembre de 2016


 Capitulo IX.  Déjame mostrarte un poco de mi vida.
  -Ella me tomó de la mano. Yo por primera vez, empecé a sentir miedo. Estaba un poco abrumada. ¿Que si todo fuera cierto? Una gota de sudor fría bajaba desde mi frente hasta llegar a pararse en medio de mis cejas, justamente en medio de mis ojos.   No sé si era porque el día esta caluroso o si era de emoción por que habría de venir. Así que, la tomé fuerte de la mano derecha, ¡exclamando en mi interior, ¡que estaba a punto de hacer! Ella me dijo que la voz va a elevar el nivel. Yo le miré con una Mirada más fría que el hielo, pues aun no creía todo el cuento. ¿O qué tal si nada pasa y todo estaba en su mente? No quería aceptar la realidad de que quizás mi querida amiga estaba desquiciada. Así que le apreté la mano bien fuerte, esperando a que algún suceso sobre natural aconteciera. Ella me comentó que la voz pensaba que es mejor para mi verlo con mis propios ojos. Yo no escuchaba ninguna voz. Pero la escuché a ella y debí de aceptar que un poco incrédula le tomé de la mano y.… he aquí… sentí que el suelo se elevó hacia arriba... y he aquí me hallé en un nuevo mundo, tal como ella me lo describió. ¡Es real! Me encontraba flotando en el aire, con su mano fuertement sujetando a la mia. Mire hacia bajo. Toda la ciudad parecía caos. Lo que antes parecía ser una ciudad bella y potente, ahora estaba casi hecha polvo. Maggoc ahora está sufriendo las consecuencias de su arrogancia and mal trato hacia otras naciones. Vi ejércitos afuera de la ciudad. Selonia ha reunido su ejército carnal, clones y aviones de combates a las afueras de Alogore, la ciudad principal de Maggoc. En el aire se extiende todo un ejército aéreo. Selonia parece estar ganando la batalla. Sus soldados llevan un uniforme color negro opacado, en su cabeza un casco negro combina perfectamente con su uniforme. El uniforme se mezcla perfectamente con el color negro de las carreteras.


    En sus manos llevan armas de láser, estas creadas por Trance. Puedo divisar que se han formados en largos grupos, en cada grupo hay una persona que lleva un uniforme de un color diferente. El uniforme es de color gris, estampados en los hombros con sellos de estrellas y colgando al lado izquierdo del pecho yacen unos pompones multicolores.  Las estrellas voladoras también a sus lados. Parecian hormigas a la distancia. Ellos habían rodearon la ciudad, tanto en el aire como en la tierra. Magoc también ha reunido sus ejércitos tantos aéreos como terrenal. Pero Selonia le ha tomado la ventaja mientras los magocenses celebraban sus fiestas. El ejército de Maggoc aún no está formado completamente. Aún se preparan para defender su reino. Pude ver su poder económico en sus vestimentas. Sus soldados llevan uniforme no solo hecho en telas, por encimas de estos llevan una capa protectora hechas de cobre entretejidos en sí mismo. Sus armas también en laser sobresalen. Pude ver como sus líderes además de llevar el uniforme como los demás, también adornan estos con cadenas y medallas en platino colgando desde los hombros. Al comparar ambos ejércitos, pude notar la diferencia en estaturas y me pregunto qué sería de los Selonian si fuesen a la guerra solo con armas blancas o espadas. De seguro que perderían la batalla. Pero no, ellos han sido astutos y han creado sus propias fuerzas áreas para luchar con su enemigo.

      Selonia sabiamente había planeado todo al último detalle. Escuché el ruido de bombas y cohetes lanzados a otras ciudades de Maggoc. Vi el humo subir por los cielos y soldados avanzar hacia Maggoc. Estaba estresadas y atormentadas por todo lo que veía. No es que sienta pena por tal dictador, pero el solo mirar al mi alrededor, puede apreciar el gran daño causado. No se compara en nada al daño físico que nosotros los humanos estamos pasando. No creo que Maggoc podrá recuperarse por centenares de años por venir. Veía como las gentes corría por las calles sin rumbos fijos. Emilia me conto como Selonia en cambio había seleccionado una gran cantidad de su población, especialmente a jóvenes y niños y los había ingresado en Trance. Si perdían la guerra todavía podían conservar una muestra de su raza intacta fuera del conocimiento de Maggoc.

      Mire a Emilia y le pregunte cuanto tiempo estaríamos allí. Ella me dijo que no mucho tiempo. Sentía pena de lo que estaba pasando. Me dijo que ella esperaba que reine la justicia, la verdad y la libertad. Luego me dijo que necesita ver al Rey Ardoval II, pues la voz le ha dicho que él tenía el poder de encender la luz en su cuerpo. Ella me tomó de amabas manos y luego aparecimos antes el. Permaneció callada por unos minutos, observándole un poco cabizbaja pero con una dulce sonrisa en sus labios. Luego de unos minutos de silencio, El le tendio la mano derecha. Ella solto la mia, en acción de extrechar su mano, cuando al mismo tiempo le pidió con gran audez, ‘Si en verdad he encontrado agrado ante los ojos de su excelencia, y en su corazón se encuentra un poco de amor, aún si del tamaño de una semilla de mostaza, le suplico con reverencia y solemnidad, que me de de la poción que ponga el brillo que se ha apagado en mi. Mientras que el miraba con compasión y una mirada pentrante, que denotaba un brillo, el cual yo no podía en ese instante entender or explicar. El miro hacia su izquierda, sosteniendo la mirada en su esa posición por un instante, para luego volverla a mirar y con tristeza en la voz le respondió que no era posible. Le recordó que ella se les dio instrucciones cuando llego a Castilla de no caminar por el tramo oscuro, pero ella desobedeció. El color oscuro estaba ahí para recordarle de su desobediencia. No había mucho que él podía hacer. Vi el rostro de Emilia nublarse con la explicación, pero ella con coraje la aceptó. Le vi darle una sonrisa y muy amablemente, le dijo que todo estaba bien. El gigante le promete que hará lo posible para que ella mantenga la tez que para ese entonces ella poseía. El metio sus manos a través de una de las ventanas, en el castillo de alzaba enfrente de el, traiendo entre ellas un frasco que contenia un liquido color cristal, mas claro y espeso que el agua. Le paso el frasco a Emilia, quien inmediatamente, tiro de goma eslatica en este, hasta abrirlo e inmediatamente, se tomo el liquido que este contenia.  Yo observaba a su lado completamente en silencio. Era un mundo extraño para mí. Aún no sabía en donde me encontraba. Emilia me dijo que en es Los Cielos o Castilla como ahora se llama, pues el Rey Senojoc le ha cambiado el nombre. Es un lugar bello tal como Emilia me lo había describió. Me acerqué un poco más a Emilia y le susurré al oído que le preguntara el nombre al gigante. De este modo podrás comparar si la voz le dice la verdad.  Ella hizo como le pedí y le preguntó. Él le volvió el frente y miró hacia otro lugar. Luego de un momento de silencio, él le preguntó si era importante para ella saber. Emilia le dijo que sí. El la miró y le dijo que su nombre es el Rey Ardoval II. Yo me quedé petrifada, atónita, no queriendo aceptar lo que mis oídos habían escuchado. ¿Entonces el Rey Aldoval II es real? ¿Tal como losArdovalistas lo predican en la tierra? Pensé que los Ardovalistas eran gentes sin oficio algunos que van de casa en casa, de puerta en puerta, predicando a un Dios que una vez reinó y que algún día no muy lejano, el reinará otra vez. La verdad que a esos no le puse mucha atención. Pensé que me hacían perder el tiempo. Ahora estoy aquí en frente de ese Dios que ellos predican y me da vergüenza mirarle hasta la mano. ¿Sabrás el cuanto le he rechazado en la tierra? ¿Que me he reído a carcajadas cuando unos de sus mensajeros terrenales me predicaban sobre él? Sii que debía de saberlo, me dije a mi misma un poco cabizbaja.  La verdad es que estaba apenada y la vergüenza se me habría de notar en el rostro. ¿Entonces estaba en Los Cielos? Estaba atónita y perpleja. No sabía que decirle a Emilia. Pues muy adentro de mi, a veces llegué pensar que ella estaba un poco desquiciada. La tomé de la mano, tratando de conseguir una respuesta proveniente de sus labios que calmara mi mente. Mi mente culpable e indredula a la verdad que muchas veces antes se me había explicado. No solo antes había rechazados a los Aldovalistas, sino que, también a Emilia muchas veces le había ignorado. Él le dijo a Emilia que era tiempo de regresar a la tierra. Yo curiosa, interrumpí, pero lo hice con un miedo inmenso a ser rechada. ¿Qué tal si me dijera quién me cedió la palabra? O peor aun, ¿Quien soy yo para dirirle la palabra? Tenebrosa y con una pesadez enorme en mi voz, Pero con una mirada fija y directa, le pregunté si él era la voz que le habla a Emilia, pero no conseguí ninguna respuesta, solo una mirada fija que penetró lo más profundo de mi ser. Me sentí intrusa. Volteé la mirada hacia Emilia, pues no pude contener esa mirada acusativa. Emilia me dijo que era tiempo de volver a la tierra. Una luz nos embrazó y he aquí aparecimos de nuevo en el bosque. Me hallé en un estado de pánico abrumador. Y hasta un punto me negué a creer que había sido testigo de lo que mis ojos y oídos habían presenciados y escuchado. Y empecé a creer por un instante que quizás lo que Emilia tenia era un virus y me lo ha pasado a mí. Pero mi conciencia y la realidad de lo que había visto, eran más fuertes que mis dudas y allí, en medio del bosque, tenebrosa y abrumada acepté que habia viajado a otros mundos y mi querida amiga de la infancia, mi Emilia, esta tan sanamente como yo. Lucida sin ningún problema psicológico como muchos habían dichos.

      Emilia parecía triste y cabizbaja. Le pregunte qué le pasaba y ella me dijo que el Rey Aldoval II no quiso encender la luz en su cuerpo. La consolé y le dije que su piel es bella tal y como esta. ¿Por qué quieres cambiar de color? Ella me explicó que su vida sería más agradable si el color de su piel fuera más claro. Yo le entendí perfectamente y reconocí que ella ha pasado por muchas malas vivencias a la mano de gente racistas que la tratan mal solo por el color de su piel. Pero le aseguré que ellos estaban equivocados y su piel es bella como es. Caminamos de regreso a su al parqueo y luego manajemos al apartamento.  Luego partí de regreso hacia mi apartamento sin antes recordarle que empezara a buscar otro con mas espacio para que ambas pudiéramos compatirlo. Acordé verla en unos días, pues quería saber más sobre su doublé vida, la cual ella mantuvo en secreto por muchos años y nunca la había compartido conmigo o nadie más.

All Rights Reserved@ Kenia Alondra del Castillo 2016.

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